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lunes, 9 de noviembre de 2020

Cultura Unellez VIPI 40. Leyendas venezolanas (entrega 1) Mercedes Franco

 

Ecuestre llanera. Fotografía de Santos Kiroga en el archivo de Cultura Unellez VIPI




Todos los textos de esta entrega pertenecen a Mercedes Franco, escritora venezolana de prestigio internacional, ganadora del Concurso Nacional de Cuentos y Relatos: Misterios y Fantasmas Clásicos de la Llanura "Ramón Villegas Izquiel", organizado por la UNELLEZ-San Carlos, en 1999.

Gracias por su visita

Isaías Medina López Coordinador.

 

MARÍA FRANCIA 

Los jóvenes venezolanos conocen muy bien la leyenda de María Francia, la amiga de los estudiantes. A ella se encomiendan, le encienden velas y solicitan su ayuda cuando hay un examen difícil, o cuando tienen problemas amorosos. ¿Pero quién es esta misteriosa protectora de la estudiosa juventud?

Cuenta la tradición que María Francia era una bella estudiante universitaria. Vivía en Caracas con sus padres y estaba a punto de graduarse con notas sobresalientes. Al concluir sus estudios realizaría su sueño: casarse con su prometido, con el que llevaba varios años de noviazgo. Como todas las jóvenes, era alegre, amaba la vida y las flores.

Se acercaba el día de la boda y todo parecía perfecto, ideal. Hasta que tocaron a la puerta. Al abrir sólo vieron un gran tiesto de flores. Un bello regalo. María Francia lo recibió emocionada, pero antes de que pudiera darse cuenta caía al suelo, fulminada por la mordedura de una serpiente venenosa, que había salido de aquellas rojas flores. En pocas horas la infortunada muchacha estaba muerta. Una antigua amante del novio, celosa y despechada era quien había enviado el mortal regalo. Los padres de María Francia la enterraron en Caracas y luego abandonaron el país.

Pasaron muchos años, y hoy en día hay un hermoso mausoleo en el Cementerio General del Sur, lugar de veneración de muchas personas. La mayoría son jóvenes estudiantes, quienes solicitan con fervor el amparo de su protectora, María Francia.

 

CURRUCAI ENCENDIDO 

En un lugar de Monagas existe la leyenda de amor trunco. Allá en el viejo fundo “El Merey”`, de doña Juana Gallo, se hablaba del “currucai encendido”. Era un árbol alto y frondoso, que en ciertas ocasiones se encendía y luego se apagaba, sin consumir  sus ramas. Este asombroso fenómeno se debe, según los ancianos, a una triste historia de amor.

En tiempos de la colonia, una bella muchacha, llamada Leticia, tenía amores con un joven del lugar, cuya madre era una malvada hechicera. Al descubrir que el muchacho pensaba casarse, la bruja trató de impedirlo a toda costa. Dicen que Leticia enfermó de gravedad, sin causa aparente. La madre y hermanas de la joven, advirtiendo que estaba bajo algún hechizo, consultaron a un renombrado curandero. Este sanó a la muchacha, que pronto pudo casarse con su novio. Y se dice que la suegra cruel fue convertida en un currucai, por la poderosa magia del hechicero. Este currucai encantado se incendia misteriosamente de vez en cuando, cuando pasa junto a él alguna pareja de enamorados. Afirman los ancianos que ese fuego proviene de la ira que aún consume a la malvada bruja, condenada a vivir para siempre en aquel viejo y frondoso currucai.

 

LA CEIBA DE CARVAJAL 

Durante el siglo dieciséis hubo en Venezuela conquistadores muy crueles y sanguinarios. Uno de ellos fue Juan de Carvajal, fundador de El Tocuyo, en el estado Lara. A quienes se oponían a sus dictámenes los hacía ahorcar en una frondosa ceiba, al norte del pueblo. Y la gente comentaba que aquel árbol albergaba un espíritu diabólico, pues parecía hacerse cada vez más frondoso, cuando colgaban a alguien de sus ramas.

La noticia de sus muchos crímenes hizo que las autoridades españolas le abrieran juicio de residencia a Carvajal. Resultó culpable y fue ahorcado en la misma ceiba, que aquel día embelleció todavía más. Dicen que en algún lugar al norte del Tocuyo se halla aún esta ceiba infernal, que alberga al espíritu de Carvajal.

 

CERETÓN 

Duende enamoradizo, habitante de la Sierra de Falcón. Es llamado también “Cachuchón” por llevar un amplio sombrero. Su morada son los “aitones” de La Sierra, enormes agujeros que normalmente habitan los coy-coy o guácharos.

Los ceretones son una herencia que dejaran, en Falcón,  los Welser, temibles conquistadores alemanes que despoblaron la región durante el siglo dieciséis. Al igual que muchos duendes teutónicos, son enamoradizos y declaran su pasión a las jovencitas. En ocasiones las secuestran y se las llevan a la montaña.

Muchos brujos falconianos dicen conocer el secreto para “ceretonizar” a las personas, volviéndolas invisibles: matar un gallo negro, enterrarlo bajo luna llena y al tercer día, desenterrarlo, sacar el hueso del muslo, limpiarlo y llevarlo en la boca, atravesado. De esta forma, el hombre rechazado por una joven podrá “ceretonizarse”, es decir, hacerse invisible para poder acercarse a su amada sin ser visto por ella ni por sus familiares.

 

COCO TIERNO 

El coco tierno puede embarazar a las mujeres. De ello dan fe muchas habitantes de Santa Fe, hermosa población situada entre Puerto La Cruz y Cumaná. Parece que el mucho comer la sabrosa pulpa de esta fruta cuando aún está formándose, libera una especie de lujurioso trasgo, el blanco espíritu del coco. Misteriosa y sigilosamente entre en el cuerpo de las golosas muchachas pueblerinas y deja su extraña simiente en sus jóvenes vientres, que en poco tiempo comienzan a abultarse desproporcionadamente.

Estos embarazos sobrenaturales se producen generalmente en los “cocales”, lugares donde se extrae y procesa la copra, o pulpa de la nuez de coco. Y los hijos del coco tierno se parecen a todo el mundo y a nadie, son hijos del cocal y tienen nombres de calle y pueblo, de río y de palma.

 

CRUZAR 

Los ´”brujos”` o “curiosos”` “cruzan”` a las personas con amuletos, collares, escapularios, ritos y oraciones, para que nada los pueda dañar. Se entiende por ´´cruzar`` preparar al solicitante para que ninguna mala influencia lo pueda dañar, ni las ´´malas vibraciones`` puedan tocar esa especie de escudo protector del cual se le provee. Pero dicen que hay brujos tan poderosos que ´´cruzan`` a la persona hasta impedir que ningún daño físico pueda ocurrirle.

 

CARRETÓN FANTASMA 

Transita a medianoche por las calles de Puerto Cabello y otros lugares del estado Carabobo. Es un gran carruaje, tirado por varios corceles, todos envueltos en llamas. Dicen que pasa cuando alguien va a morir, para llevarse el alma del difunto a las regiones infernales. Quienes lo han visto se persignan y rezan un Credo.

Casas embrujadas. En Venezuela, como en otras partes del mundo, se habla de casas embrujadas. Las más conocidas las tenemos en La Victoria, estado Aragua.

La Victoria, puerta de entrada a Los Llanos, fue varias veces atacada y defendida a lo largo de la Guerra de Independencia. Primero por los llaneros al mando de Boves. Posteriormente, los mismos llaneros, esta vez comandados por Páez, cargaron sobre la ciudad apoderándose de ella. El heroico José Félix Ribas defendió su plaza en 1814, derrotando a Boves. Con tanta historia en sus calles, no es de extraño que haya en La Victoria muchas casas embrujadas. Entre ellas está la de Santiago Mariño, donde residió y murió el guerrero margariteño, y se conocieron Sucre y Bolívar, en 1814. También está allí la casa que habitara el Libertador en 1813. En ambas se oyen ruidos durante la noche, voces y fuertes pisadas militares.

Pero la más asombrosa de todas es la llamada “Casa de los Aleros”. Se dice que en esta vieja mansión colonial deambulan espantosos fantasmas. Deshabitada durante mucho tiempo, sólo murciélagos parecían vivir en ella, pero la gente comentaba que desde lejos se oía música y se veían extrañas figuras por los corredores. A principios de siglo, un perseguido buscó refugio en la ´´Casa de los Aleros``. Salió de allí despavorido y luego contaría su terrible experiencia: al llegar la medianoche, se escuchó una alegre música y varias parejas bailaban elegantemente en el salón principal.

Pero a los pocos minutos toda aquella gente se convirtió en un grupo de esqueletos danzantes. Mientras, en los corredores, mujeres enlutadas rezaban lúgubremente, y una hermosa joven torturada avanzaba poco a poco, envuelta en gruesas cadenas.


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