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jueves, 29 de octubre de 2020

Cultura Unellez VIPI 36. Poemas de Navidad Aquiles Nazoa (1)

 

La fresca poesía navideña de Aquiles Nazoa  es  herencia poética de Venezuela. En la imagen niñas parranderas de "Renacer La Herrereña", San Carlos, Cojedes



 

ALEGRÍAS PASADAS

¡Qué ligero se van las alegrías!

Lo que hasta ayer nomás fuera ilusión

es ahora, pasados los dos días,

un enorme ratón.

 

La Navidad fue apenas un engaño

vestido –mal vestido– de festejos;

la celebramos porque a fin de año

nos sentimos más viejos,

y en fin de fines es en Pascua cuando

podemos contentarnos con la vida,

pues como un año más se está acabando,

más pronto nos estamos acercando

al portón de salida.

 

¿Cuál es la utilidad de la alegría,

si pasada su efímera dulzura

viene un día y un día y otro día

de luchas y amargura?

 

La Pascua se acabó y sus alegrías

se marchitaron como viejas flores

y se quedaron muchos mostradores

llenos de hallacas frías.

 

DICIEMBRE

Su mirada fulgura

como una espada azul bajo las cejas:

ha llegado diciembre, y se asegura

que vino a enamorar las cosas viejas.

 

Dentro del caserón abandonado

teje un sueño la abuela dulce y buena,

y el piano, tristemente arrinconado,

dice la historia del sillón de Viena.

 

Diciembre va a soñar bajo el alero

su amor con una niña: la mañana,

mientras adentro canta en su ventana

un poeta de agua: el tinajero.

 

El recuerdo es ya solo una violeta

y un papel amarillo,

si este viejo poeta

diciembre hace cantar su caramillo.

 

Y así llega, agitando campanillas

este fauno vestido de etiqueta

–el vino rebosando en las mejillas–

como un viejo doctor que no receta.

Llegó el viejo diciembre, vagabundo;

de su vieja valija

salieron golondrinas; y en el mundo

murieron muchos niños sin cobija.

 

NAVIDAD

Las campanas pascuales

anuncian que salió el Niño Jesús

de las jugueterías celestiales

en un coche de luz.

 

Alegres villancicos

cantan que ya llegó la Nochebuena

–buena para los ricos,

que tienen blando pan para la cena–.

 

Los muchachos que duermen en el suelo

soñarán que Dios baja en patineta

a traerles la luna, desde el cielo

convertida en galleta.

 

Las casas serán ríos de muchachos

y luces y alharacas,

y las calles montones de borrachos

y de hojas de hallacas.

 

Todos celebrarán el nacimiento

llenos de una infantil felicidad…

¡Cuántas pobres en la Maternidad

habrá solas pasando “el mal momento”!

 

Ya se alegra la gente

porque el niño vendrá en carro de plata

(allá estará llorando bajo el puente

un niño que no espera ni el presente

de un carrito de lata).

 

LLEGÓ LA NAVIDAD

La Navidad

viene a poner alegre la ciudad.

 

Unos niños tendrán muchos juguetes,

pastel y gelatina.

Y los otros, los pobres, los zoquetes,

harán trenes con latas de sardinas

y beberán guarapo con harina.

 

Los Pietri, los Minguett, los Calatrava

comerán rico pavo,

mientras otros que están sin un centavo

lo que tienen es pava.

 

Los niños pobres hoy van a soñar

con pelotas, payasos y piñatas ,

y verán desde el cielo aterrizar

un ángel bueno y sucio, en alpargatas,

que los viene a arrullar.

 

Los ricos alzarán un joven pino

como un símbolo verde del misterio

entre el pan y el vino;

y los desheredados del destino

tendrán pinos... pero en el cementerio.

 

La Pascua cantarina

anuncia que llegó la Nochebuena,

y entre tantas hallacas de gallina

Panchito Mandefuá tendrá en la cena

lágrimas y guarapo con harina.

 

La Navidad

viene a poner alegre la ciudad.

 

CUENTO DE NAVIDAD

Al niño todo desaliño

le pregunté: —Dime en dos platos,

hijo, ¿qué quieres tú que el Niño

Jesús te ponga en los zapatos?

No contestó en ninguna forma,

pero me habló por él su abuela:

—Si usted supiera, él se conforma

con que le ponga media suela...


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