Hace 3.000 años, un hombre agobiado por el sol
abrasador cruza el desierto donde ha vivido siempre, al igual que sus ancestros. Su calzado y su vestido están hechos de piel de animales. Es
tan pobre que Dios debe encargarse de su protección: le oculta en un pequeño
oasis en el que solo los cuervos le llevan pequeños bocados de comer. Se trata
de Elías, un profeta que no puede cambiar las condiciones de su existir, pero, está
a punto de realizar actos que modificarán
la vida de muchos hasta el presente.
El reino de Israel, al que pertenece Elías, padece años enteros por la falta de lluvias,
sus campos están resecos, animales, plantas y personas mueren de sed. Para resolver este mal el Supremo le encomienda a
Elías la tarea de hacerle ver al rey Acab y a muchos israelitas que le siguen,
el grave error cometido al desconocer a su Creador y adorar a Baal, divinidad de los
filisteos; esa es la causa de su castigo.
Elías, sin temor alguno, lanza un reto público al irreverente rey Acab y a 450 profetas de Baal en la cumbre
del Monte Carmelo, con todos los israelitas como testigos y árbitros.
Elías hace erigir en esa montaña dos altares, con
abundantes troncos y un toro sacrificado. En uno, los profetas de Baal intentan
encender la hoguera que les corresponde invocando a su divinidad, pero fallan.
Elías en el altar consagrado a Dios vierte agua sobre los leños e invoca
al Supremo, quien de inmediato da fuego a la humedecida madera. Los 450 derrotados
profetas del falso dios Baal son sacrificados por el propio profeta Elías.
No satisfecho con esa demostración, Elías
anuncia el fin de la sequedad que padece Israel. Confiando en la promesa que Dios
le hiciera, le pide al avergonzado rey Acab
que coma en la cumbre del Monte Carmelo. Desde esa cima, Elías le pide a
uno de sus seguidores que vigile el
cercano mar en busca de una señal divina. A la séptima ocasión de estar asomado
hacia las aguas, el asistente le dice que solo divisa una pequeña nube blanca y
azul no más grande que la palma de una mano. Al posarse sobre los allí reunidos,
la pequeña nube o estela de color azul y blanco cambia su inocente apariencia y
se transforma en benéfica lluvia que irriga los campos, sacia los ríos y aplaca
la sed de los israelitas que han vuelto sus corazones a Dios. Es un espíritu
absoluto ajeno a la corrupción de la carne.
A los días, el lugar de este suceso bíblico, el Monte Carmelo, se convierte en refugio para muchos creyentes de semejante milagro
y serán conocidos como la Orden del Carmen y al tiempo Orden de los Carmelitas Descalzos,
mientras que la dama que salva a Israel pasa a ser venerada como la Virgen del
Monte Carmelo, abreviado a Virgen del Carmen, de inmaculada pureza y enviada
por el mismo Dios para remedio de males de esa nación. Además será protectora
de quienes viven del mar -de cuyo cielo proviene-.
Los Carmelitas Descalzos habitan las cuevas de esa montaña con votos de
castidad y pobreza. Los que de allí emigran relatan ese y otros milagros de la
Virgen del Carmen que iban en constante aumento, su fama, se extiende así por
pueblos del mar Mediterráneo, África,
Europa y después Asía, Oceanía y América.
Pero, no solo la Virgen del Carmen se ocupa de
interceder ante Dios por los que padecen enfermedades o por quienes piden protección
de sus cosechas o rebaños, también, se le asume como salvadora de las almas que están en el Purgatorio, para
alcanzar tan extraordinario logro su vía
más notoria, además de la oración y la fe serán los escapularios, portento de
fama mundial, como lo fue su primera aparición en el Monte Carmelo y que le
será revelado en esta ocasión, mediante un sueño, al prior de los Carmelitas Descalzos: San Simón Stock, en la fría Inglaterra del
siglo XIII, agobiada por pestes, invasiones y guerras. Según queda en la historia los que fallezcan
portando los escapularios de la Virgen del Carmen no serán condenados al
infierno.
Tres siglos después, de su aparición a San
Simón Stock, en la España de 1562, dos de las figuras más importantes de la
literatura hispánica Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, darán nuevo
auge y renovado perfil de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Estos
afamados poetas compartirán sermones, cartas y proclamas que exaltan las
bondades de la Virgen del Carmen como enviada sublime de Dios mismo, generoso
padre todopoderoso.
Treinta siglos luego de su prodigiosa aparición en el Monte Carmelo su culto es uno de los más antiguos de la humanidad. La Virgen del Carmen es considerada Patrona de países como Chile y de ciudades en España, Costa Rica, Perú, Ecuador, Panamá, Nicaragua, México, Guatemala, Puerto Rico, Venezuela, Uruguay, Argentina y Bolivia. Incontables templos, santuarios, capillas, altares y cofradías le recuerdan en canciones, desfiles devotos, muestras artesanales de los más diversos materiales, y prendas de vestir, en las que resalta la confección de sus escapularios.
También le invitamos a leer:
Poética de la Virgen del Carmen (versos,
reseñas y fotografías)
http://letrasllaneras.blogspot.com/2014/06/poetica-de-la-virgen-del-carmen.html
FESTEJOS A LA VIRGEN DEL CARMEN (versos y
fotografías) http://letrasllaneras.blogspot.com/2011/06/festejos-la-virgen-del-carmen-versos-y.html
LA VIRGEN DEL CARMEN: RESEÑAS, ORACIONES,
CANTOS Y POEMAS
http://letrasllaneras.blogspot.com/2011/04/la-virgen-del-carmen-resenas-oraciones.html
Gracias por su visita. Isaías Medina López
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