El mes de julio. Coincidencias de fechas en
las dos secciones del hemisferio americano. El 4 y 5 de julio. Efemérides de este mes
durante la guerra magna. El 17 de
diciembre. Las dos revoluciones americanas. Bolívar y Washington.
En 4 de julio de 1776 se firma el acta de los
Estados Unidos de América, mientras Venezuela, treinta y cinco años más tarde,
la firma en 5 de julio de 1811.
Principiemos con esta fecha memorable y
recorramos el mes de julio lleno de reveses y de victorias, rico en enseñanza.
En 5 de julio de 1498 es cuando Colón deja
las islas de Cabo-Verde y hace rumbo hacia el SO en solicitud del continente
americano. En 5 de julio de 1811 proclama Venezuela su independencia. En 5 de
julio de 1813 se declara a Mérida bajo el gobierno republicano, y en 5 de julio
de 1827 Bolívar deja a Caracas para no volver a ella sino muerto.
En su visita a la ciudad natal en 1827, ésta
le recibe con los honores del triunfo, sin pensar que trece años más tarde, le
recibiría con los honores de la justicia. Había recorrido toda la escala de la
fortuna, había conducido sus legiones desde las playas de Paria hasta las
nevadas cimas de Potosí y del Cuzco. Desde allí buscó los horizontes, y no
encontrando país que libertar, descendió envuelto con el manto de iris. Había
escalado las más altas cimas de la Tierra en solicitud de la gloria, y al
descender no encontraba sino el desengaño y la muerte; pero estaba reservado a
sus coetáneos acompañarle en su ascensión de nuevo a las más altas cimas de la
Historia.
El 6 de julio de 1812, Bolívar abandonado de sus compañeros en Puerto Cabello, después de la sublevación del castillo, se embarca en Borburata para La Guaira. En el mismo día, 1813, vence Ribas a los españoles en los Taguanes, y el mismo día, en 1816, desembarca Bolívar en Ocumare con su célebre expedición de los Cayos. De allí debía huir para aparecer en otro lugar, mientras su ejército, circundado por todas partes de enemigos, se interna, se abre paso, lucha de día y de noche, disputa hasta un palmo de terreno que se oponga a su retirada en solicitud de las costas orientales de la República.
He aquí la más célebre retirada en la
historia de América. ¿Qué queda hoy de los 160 hombres de desembarco que
acompañaron a Bolívar? Solo conocemos dos, Lope María Buroz que le acompañó desde
los Cayos, y Mateo Guerra que se le incorporó en Margarita; restos gloriosos y
honorables de aquella época crítica, llena de azares, que sólo el genio de
Bolívar podía conjurar.
El 7 de julio de 1814 principia la célebre
emigración de Caracas, al aproximarse las huestes victoriosas de Boves. Como
diez mil personas abandonan la capital llevando a cuestas sus hijos, sus
prendas, sus recuerdos. Es una caravana apiñada, en la dirección del Este,
ignorante de lo que le aguarda y de lo que solicita. Llantos y sollozos,
gemidos y también maldiciones e improperios sirven de cortejo a aquella masa
viviente a cuya retaguardia marcha Bolívar acompañado de los pocos soldados que
le quedan. Todos huyen, todos van preocupados del triste fin que les aguarda, y
solo Bolívar está tranquilo e impasible. Ha perdido después de mil sacrificios
el equilibrio político, el punto de apoyo, y sale en solicitud de un oasis desde
el cual pueda divisar los nuevos albores de su eclipsada estrella.
En julio 8 de 1818 Urdaneta toma por asalto a
Barcelona.
En julio 10 de 1813 vence Ribas en Vigirima.
En la misma fecha en 1815 publica Bolívar en Jamaica su célebre manifiesto al Congreso
de Nueva Granada. En julio 10 de 1814 capitula Valencia. Como signo de alianza se
celebra una misa en presencia de ambos ejércitos, pero tan luego como termina
el sacrificio, centenares de víctimas son inmoladas por Boves.
Esa es la guerra a muerte; el exterminio de
una de las partes militantes, la matanza elevada a principio; la destrucción
como una necesidad del momento. Al declararla Bolívar, en Trujillo, en 1813
termina con estas palabras: “Españoles y canarios, contad con la muerte, aun
siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de
Venezuela. Americanos, contad con la vida aun cuando seáis culpables”.
Jamás en los anales de la historia se había
lanzado un reto más terrible. Era un pugilato a muerte entre el vasallo y el
amo, entre Venezuela y España. Cúpole a Venezuela el triunfo, y doce años
después, en 1828, en el mismo día en que había Bolívar declarado la guerra a
muerte, se reúne el primer congreso de Bolivia, la nueva República que debía
llevar el nombre de su fundador.
En 11 de julio de 1820 el congreso de
Colombia, reunido extraordinariamente, acepta las proposiciones de paz hechas
por Morillo, y en 5 de julio de 1821 Bolívar ofrece al jefe español Pereira una
honrosa capitulación que éste acepta con honra.
En 12 de julio de 1812 se firma el armisticio
entre Miranda y Monteverde, y el mismo día, en 1814, se ceba Boves con nuevas
víctimas en Valencia.
El 13 de julio de 1797 es denunciada la
revolución de Gual y España:
ambos fueron víctimas de una noble idea. Y en
14 de julio de 1816 muere el ilustre Miranda en la prisión de la Carraca, en
Cádiz, víctima igualmente de sus ideas republicanas y de la perfidia de sus
subalternos.
En 16 de julio de 1591 se recoge en Caracas una suscripción para fundar una escuela. Dos siglos más tarde, en 16 de julio de 1799 pisa Humboldt las playas de Cumaná. Y en el mismo día en 1814, entra Boves a Caracas.
En el desarrollo de las ideas y del progreso,
en el estudio de las ciencias, en el conocimiento de Venezuela por todos los
países del mundo civilizado, ha influido más la visita de Humboldt que los tres
siglos de la dominación española.
El 17 de julio de 1808 principian los primeros sucesos precursores del 19 de abril de 1810; y en el mismo día en 1817, La Torre abandona la plaza de Angostura, la cual fue ocupada al instante por Bermúdez.
El 19 de julio de 1821 el congreso de Cúcuta
decreta la manumisión de los esclavos y prohíbe nuevas entradas en Colombia. El
20 de julio de 1810 se verificó la revolución de Nueva Granada.
En 23 de julio de 1814 Boves ordena desde Caracas, a todas las justicias mayores, manden fusilar por sí solas, a todos los que hubieran tenido parte en la muerte de españoles prisioneros. El mismo día, en 1817, Morillo se apodera por segunda vez de Margarita, mientras en igual fecha en 1821 el congreso de Colombia decreta honores a los vencedores en Carabobo.
¡Cuántos contrastes!
Llegamos a un día célebre. El 24 de julio de
1783 nace Bolívar. Al siguiente día se cumplían doscientos diez y ocho años de
haber fundado Diego Losada la ciudad de Caracas (1567).
Bolívar ascendía los Andes, por Casanare, el
día en que cumplía 36 años. Al siguiente
(25 de julio) vence en Pantano de Vargas, victoria precursora de la de Boyacá
en la cual quedó sellada la libertad de Nueva Granada.
Pantano de Vargas está a la altura de 3.672
metros sobre el nivel del mar. Las huestes colombianas pelearon todavía a mayor
altura al pie del Pichincha, y victoriosas continuaron hasta la Paz, Oruro,
Cuzco y Potosí, las ciudades más elevadas del globo.
Una coincidencia notable acompaña al día 24
de julio, aniversario del natalicio del Libertador. En esta fecha, en 1821,
apresa Padilla los buques de guerra españoles anclados en la bahía de
Cartagena, y en el mismo día en 1823, gana la batalla naval de Maracaibo, y
rinde la gran escuadra española mandada por Laborde.
A Padilla como a Piar cupo la triste suerte
de ser pasados por las armas. Ninguno de estos dos hombres importantes pudo
sobrevivir a su obra; y, ¡cosa singular! Padilla es sometido a juicio en 11 de
abril de 1828, aniversario de la batalla de San Félix, ganada por Piar en 11 de
abril de 1817.
El 26 de julio de 1527 funda Ampíes a Coro, y
se celebra bajo una acacia la primera misa que se dijo en Venezuela. Todavía
está de pie la cruz que levantó el fundador.
En 27 de julio de 1528 llega a Coro Alfínger.
El 30 de julio de 1498 hace rumbo Colón hacia el norte en busca de las islas
Caribes. En el mismo día, en 1767, son expulsados de Venezuela los jesuitas. En
1812 entra Monteverde en Caracas en el mismo día, mientras en igual fecha en
1816, MacGregor, en la célebre internación de Ocumare, es depuesto por las tropas
y sustituido con Soublette.
En 31 de julio toma posesión de la silla
apostólica el segundo arzobispo de Venezuela; el humanitario Coll y Prat. En el
mismo día, en 1811 se sublevan los canarios de Caracas en favor de Fernando
VII. En el mismo día, 1812, es arrestado Miranda en La Guaira, mientras que en
igual fecha en 1817, Gómez rechaza las fuerzas de Morillo en Margarita.
He aquí un mes como el de abril, lleno de
episodios gloriosos durante todas las épocas de nuestra lucha.
Una fecha más nos muestra las elocuentes
coincidencias en nuestra historia. El 17 de diciembre de 1819, el congreso de
Angostura constituye la República de Colombia; el mismo día, once años después,
17 de diciembre de 1830, muere Bolívar, en tanto que sus funerales se verifican
en igual fecha en 1842.
El 17 de diciembre de 1842 es la última
página de la historia de los 20 años de nuestra gloriosa revolución 1810-1830.
Resumiendo las fechas de los meses de abril y
julio, encontramos dos días clásicos en la historia de ambas Américas: el 19 de
abril y el 4 a 5 de julio. Si estudiamos las tendencias de ambas revoluciones,
encontramos que fueron unas mismas. Los americanos del Norte no pensaron jamás
en emanciparse de la madre patria. Ellos no exigían sino una representación en
el Parlamento y la facultad de elegir alguno de sus funcionarios. La presión e
intolerancia inglesas los precipitaron en nueva vía, y una serie de sucesos
imprevistos los colocaron en la forzosa situación de emanciparse.
De la misma manera los venezolanos, en su
primer movimiento antes de 1810, no quisieron sino sustraerse del influjo de
Juntas desprestigiadas que desde la Península obraban a ciegas; todas ellas tan
intransigentes, como absurdas. Una serie de sucesos imprevistos vino a
alarmarles, y la emancipación fue el corolario indispensable.
La revolución de la América del Norte tuvo a
Washington por alma; Bolívar fue la de la América del Sur. Un período de 9 años
recorre la primera desde 1775 hasta 1784 en que queda sellada la libertad
norteamericana: un período de 9 años recorre la segunda desde 1810 hasta 1819.
Y por una de esas coincidencias notables en la historia, Washington y Bolívar mueren
en un mismo mes; el uno en 14 de diciembre de 1799, el otro tres días después,
en 17 de diciembre de 1830.
No hay comentarios:
Publicar un comentario