Quizá muchos piensen que el sicariato en
Venezuela es una modalidad delictiva reciente, pero no es así, pues en siglos
pasados también se cometió este tipo de crimen en el país. En el caso del estado
Cojedes hay evidencias de un caso que ocurrió en los alrededores de Macapo el 9
de abril de 1837, siendo la víctima el cuñado del General José Antonio Páez, el
señor Carlos Hoppner, un irlandés que en Valencia hacía vida marital con la
señora Luisa Páez, hermana del célebre prócer portugueseño. Hoppner era el
propietario de gran parte de las tierras del actual municipio Lima Blanco, y
como tal, periódicamente visitaba la zona para ejecutar el cobro compulsivo de
“pisos” (tributo predial) a los campesinos que habitaban en Macapo y los
numerosos caseríos de su entorno, lo cual fue la causa de su muerte violenta a
manos de un sicario local.
Los hechos fueron los siguientes: La mañana
del 10 de abril de 1837 llegó a San Carlos el cadáver de Hoppner, remitido
desde Macapo por Alejandro Fernández el Juez de Paz de dicha comunidad; al
llegar a la ciudad se le practicó el reconocimiento médico legal por parte de
Juan Lizausaba, quien le encontró heridas en la espalda ocasionadas por
“guáimaros” (perdigones), algunos de los cuales le habían traspasado el tórax a
la altura de la tetilla derecha. Una de las personas encargadas de trasladar el
cuerpo de Hoppner fue José Eulogio Reyes, vecino del caserío “La Danta”, quien
declaró que ella había encontrado el cuerpo de Hoppner mientras buscaba unos
burros. Además de Reyes también participaron en el traslado del cadáver los
señores Juan Perdomo y Juan Hernández, ambos de Macapo. Según el testimonio de
los declarantes el cuerpo fue encontrado al lado de su caballo, con todas sus
pertenencias (no le robaron nada), en un paraje denominado “Las Guafitas”, a
inmediaciones de “La Palomera”. Las pertenecías encontradas fueron las
siguientes: un caballo color oscuro, los aperos de montar, una hoja montada en
metal (espada), una mula color castaño, dos burros y una burra, tres enjalmas
enlazadas, una hamaca y una frazada forrada, un paraguas y una levita de paño
(inutilizada).
Al parecer el crimen fue cometido la noche
del 9 de abril, según lo relató el joven José Bentura (sic) García, de 15 años,
vecino de Tocuyito, quien era el acompañante de Hoppner, el cual relató lo
siguiente:
“Yo iba delante como a distancia de diez o
doce varas, habiendo bajado La Palomera tomando el camino que sigue a Macapo, a
poco de haber andado, al pasar una quebradita, vi de golpe que salió el tiro
tan cerca de él como a distancia de cinco varas y el fogonazo alumbró hasta la
espada del Sr Hoppner, y en el acto el difunto dijo: ¡huy que me han matado!
¡…corre muchacho, escápate, vive!
El Tribunal de San Carlos, a cargo del Dr.
Juan José Herrera (personaje vinculado a Páez, y cuñado del Coronel Fernando
Figueredo) se trasladó a Macapo para iniciar las averiguaciones y el sábado 29
de abril llegó a la casa del Sr Esteban Rivas en el sitio de “Mapurite”,
“ubicada como a ocho cuadras del lugar donde mataron a Hoppner”. En las
investigaciones salieron a relucir varios nombres de sospechosos de haber
participado en el crimen, uno de ellos fue Ignacio Rivas, quien al ser
interrogado afirmó haber tenido “un encontronazo” con Hoppner tiempo atrás
porque este anduvo con un grupo de ocho hombres armados (traídos de Tinaquillo)
cobrando “pisos” y atropellando a los vecinos de Macapo, hasta el punto de
haber herido a uno de los vecinos. Rivas Identificó a Justo Arráez (de
Tinaquillo) como el jefe que comandaba el grupo armado, acusándolo de ser “el
mismo que con una pandilla había cometido robos entre Tinaco y Tinaquillo a
finales del gobierno español en 1821”.
Pablo Sandoval (de Macapo) declaró que había
oído decir que alguien le ofreció pagarle 100 pesos a Ramón Barreto para que
matara a Hoppner, también afirmó que “se oían rumores acerca de que quien había
cometido el crimen era un indio de nombre Carmona”.
Ignacio Rivas, el principal indiciado,
declaró que Juan de la Cruz Perdomo e Hilario Ruíz le habían contado que la
misma tarde, poco antes de la muerte de Hoppner, habían visto “en el paradero
de la mora, al pie de La Palomera, a dos hombres que no conocían, uno a pie y
otro a caballo, armados de lanza y trabuco”. También declaró que el Comisionado
de justicia de “Las Mesas”, jurisdicción de Tinaquillo, le había dicho que en
esos días “andaban en las cercanías del Cerro Las Tetas unos siete hombres a
caballo y uno de ellos era un tal Martín Polanco, prófugo de la cárcel
pública”.
En la declaración de Ramón Barreto, vecino
del caserío “El Taque”, expuso que a él le había ofrecido Juan José Castillo
100 pesos a nombre de Ramón Fernández para que matara a Hoppner, ofrecimiento
que le hizo en una pulpería del sitio de “La Cruz”, en casa de Domingo Torres.
Miguel del Rosario declaró que él había oído
el tiro cuando mataron a Hoppner, pero pensó que era la celebración de un
casamiento que se realizaba en el caserío “El Guanábano”, como a diez cuadras
de donde ocurrió el crimen.
Justo Arráez declaró que al ver que tenía
perdido un pleito que mantenía con Hoppner, Ramón Fernández les escribió a
Ignacio Rivas y a Juan José Álvarez para que buscaran dos hombres que mataran a
Hoppner cuando este se moviese desde San Carlos a Macapo. Aseguró que Rivas
había buscado a Victoriano Peñaloza y Álvarez buscó a Juan Hipólito Martínez,
siendo este último el que hizo el disparo que mató a Hoppner y Peñaloza le
acompañó a cometer el crimen; también acotó que esa misma noche se estaba
realizando un velorio de cruz en “La Aguadita”. De las declaraciones de los
testigos se deduce que el camino real iba de Tinaco y pasaba por “La Cruz”,
luego subía a “Las Palomeras”, y allí se separaba el camino que iba a Macapo,
del camino que seguía hacia “Las Palmas” (actualmente es la carretera vieja
entre Las Lajitas y Las Palmas).
Miguel del Castillo declaró que Victoriano
Peñaloza e Hipólito Martínez pasaron por el patio de su casa en el camino de
Macapo, pero él supuso que ellos venían de “Las Macanillas” (donde vivían), sin
embargo vio que Peñaloza cargaba un fusil y Martínez una carabina.
En el proceso de las investigaciones fueron
interrogados los siguientes testigos: Trinidad Soto, Juan Pedro Rodríguez,
Carlos Barrios, Juan José Álvarez, Raimundo Fernández, Domingo Fernández,
Hilario Ruiz, Miguel Del Rosario (todos de Macapo); José Antonio Soto (de
Vallecito); Juan José Castillo (de El Jengibre); Cándido Villalobos (vivía en
el camino a La Aguadita), y Juan Torralva (caserío El Salto).
La investigación realizada por el Tribunal
permite inferir que el pleito entre Ramón Fernández y Carlos Hoppner fue
causado por la posesión de los terrenos de Macapo, los cuales este último había
comprado al Coronel Juan Uslar (bisabuelo del Dr Arturo Uslar Pietri), quien a
su vez los había adquirido de Luis Sevilla, descendiente del conquistador
Damián Sevilla.
Laureano Villanueva Estraño (padre del Dr
Laureano Villanueva) era el Jefe Político del Cantón San Carlos (territorio que
abarcaba en ese momento la superficie que actualmente ocupan los municipios
Ricaurte, Anzoátegui, Rómulo Gallegos, Tinaco, Lima Blanco y Tinaquillo, del
actual estado Cojedes).
La información final y el veredicto del
Tribunal se desconocen debido a que falta el último legajo del expediente
criminal que estaba localizado en el Registro Principal de San Carlos
(recientemente me comentó el investigador Daniel Chirinos que el documento
había sido destruido por los insectos). Sin embargo los datos recabados
permiten determinar que este crimen fue una reacción defensiva de los
pobladores de Macapo y sus alrededores, explotados y maltratados por Carlos
Hoppner, poderoso personaje que se sentía amparado por no su poder económico y
por el vínculo familiar (cuñado) con el poderoso General José Antonio Páez,
quien pese a no desempeñar en ese momento la presidencia de la Republica
representaba “el poder detrás del trono”, ya que en 1837 el Presidente era el
General Soublette, quien había llegado a dicho cargo con el apoyo de Páez.
Por las declaraciones de los testigos se
infiere que quien hizo el disparo que mató a Hoppner (autor material) fue Juan
Hipólito Martínez, acompañado de Victoriano Peñaloza (su cómplice), y ambos
habían sido contratados por Ignacio Rivas, siguiendo la orden y con
financiamiento de Ramón Fernández, el autor intelectual del crimen. Este hecho
criminal constituye el primer sicariato perpetrado en tierras cojedeñas.
Además de la trascendencia histórica del
hecho en sí, los datos reflejados en el testimonio de los declarantes permiten
obtener una clara referenciación geohistórica de la región de Macapo, con lo
cual pueden identificarse numerosos caseríos que ya existían en 1837 y que, en
la actualidad, se mantienen como comunidades activas, entre estas se
encuentran: La Danta, Las Lajitas, El Salto, La Aguadita, Las Mesas, El
Guanábano, El Taque, La Cruz, Macanillas, Vallecito, El Jengibre, Las Palmas,
Caramacate y Macapo. Igualmente se mencionan diversos apellidos,
tradicionalmente asociados a esa micro-región cojedeña, entre los que destacan
los siguientes: Fernández, Sandoval, Soto, Rivas, Castillo, Rodríguez.
Nota: Casualmente y como dato curioso, 12
años más tarde el General Páez se rindió ante las tropas del General Silva en
un lugar cercano (Campo Monagas) a donde mataron a su cuñado, y con esa
Capitulación cerró su vida militar activa.
Le invitamos a leer de este autor:
La Virgen del Socorro aparecida de La Guamita
(Argenis Agüero)
http://letrasllaneras.blogspot.com/2017/03/la-virgen-del-socorro-aparecida-de-la.html
SAN ANTONIO DE BERRÍO: EL PRIMER PUEBLO
FUNDADO EN COJEDES (Argenis Agüero)
http://letrasllaneras.blogspot.com/2018/04/san-antonio-de-berrio-el-primer-pueblo.html
Cultura Unellez-VIPI 19. Ezequiel Zamora y la
batalla de Casupo, Tinaquillo, Cojedes (Argenis Agüero)
http://vinculoperenne2011.blogspot.com/2020/07/cultura-unellez-vipi-19-ezequiel-zamora.html
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