ALEGRÍAS PASADAS
¡Qué ligero se van las alegrías!
Lo que hasta ayer nomás fuera ilusión
es ahora, pasados los dos días,
un enorme ratón.
La Navidad fue apenas un engaño
vestido –mal vestido– de festejos;
la celebramos porque a fin de año
nos sentimos más viejos,
y en fin de fines es en Pascua cuando
podemos contentarnos con la vida,
pues como un año más se está acabando,
más pronto nos estamos acercando
al portón de salida.
¿Cuál es la utilidad de la alegría,
si pasada su efímera dulzura
viene un día y un día y otro día
de luchas y amargura?
La Pascua se acabó y sus alegrías
se marchitaron como viejas flores
y se quedaron muchos mostradores
llenos de hallacas frías.
DICIEMBRE
Su mirada fulgura
como una espada azul bajo las cejas:
ha llegado diciembre, y se asegura
que vino a enamorar las cosas viejas.
Dentro del caserón abandonado
teje un sueño la abuela dulce y buena,
y el piano, tristemente arrinconado,
dice la historia del sillón de Viena.
Diciembre va a soñar bajo el alero
su amor con una niña: la mañana,
mientras adentro canta en su ventana
un poeta de agua: el tinajero.
El recuerdo es ya solo una violeta
y un papel amarillo,
si este viejo poeta
diciembre hace cantar su caramillo.
Y así llega, agitando campanillas
este fauno vestido de etiqueta
–el vino rebosando en las mejillas–
como un viejo doctor que no receta.
Llegó el viejo diciembre, vagabundo;
de su vieja valija
salieron golondrinas; y en el mundo
murieron muchos niños sin cobija.
NAVIDAD
Las campanas pascuales
anuncian que salió el Niño Jesús
de las jugueterías celestiales
en un coche de luz.
Alegres villancicos
cantan que ya llegó la Nochebuena
–buena para los ricos,
que tienen blando pan para la cena–.
Los muchachos que duermen en el suelo
soñarán que Dios baja en patineta
a traerles la luna, desde el cielo
convertida en galleta.
Las casas serán ríos de muchachos
y luces y alharacas,
y las calles montones de borrachos
y de hojas de hallacas.
Todos celebrarán el nacimiento
llenos de una infantil felicidad…
¡Cuántas pobres en la Maternidad
habrá solas pasando “el mal momento”!
Ya se alegra la gente
porque el niño vendrá en carro de plata
(allá estará llorando bajo el puente
un niño que no espera ni el presente
de un carrito de lata).
LLEGÓ LA NAVIDAD
La Navidad
viene a poner alegre la ciudad.
Unos niños tendrán muchos juguetes,
pastel y gelatina.
Y los otros, los pobres, los zoquetes,
harán trenes con latas de sardinas
y beberán guarapo con harina.
Los Pietri, los Minguett, los Calatrava
comerán rico pavo,
mientras otros que están sin un centavo
lo que tienen es pava.
Los niños pobres hoy van a soñar
con pelotas, payasos y piñatas ,
y verán desde el cielo aterrizar
un ángel bueno y sucio, en alpargatas,
que los viene a arrullar.
Los ricos alzarán un joven pino
como un símbolo verde del misterio
entre el pan y el vino;
y los desheredados del destino
tendrán pinos... pero en el cementerio.
La Pascua cantarina
anuncia que llegó la Nochebuena,
y entre tantas hallacas de gallina
Panchito Mandefuá tendrá en la cena
lágrimas y guarapo con harina.
La Navidad
viene a poner alegre la ciudad.
CUENTO DE NAVIDAD
Al niño todo desaliño
le pregunté: —Dime en dos platos,
hijo, ¿qué quieres tú que el Niño
Jesús te ponga en los zapatos?
No contestó en ninguna forma,
pero me habló por él su abuela:
—Si usted supiera, él se conforma
con que le ponga media suela...
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